Según una noticia de el periódico El Mundo nos dice que l presidente de la Conferencia de Recotres, Ángel Gabilondo, ha presentado ante Educación una propuesta para que nuestra Universidad se asemeje a las del resto de países del continente. Las clases acabarían en abril y no habría exámenes de septiembre, que se adelante un mes tanto el inicio como el final del mismo, así como que se modifiquen las fechas de exámenes: los de febrero serían en diciembre, los de junio, en mayo; y los de septiembre, en julio.
En la entrevista al propio Gabilondo que CAMPUS publicó la semana pasada, quedaron patentes algunas de las prioridades del presidente de la CRUE, incluída ésta: «Necesitamos propuestas para la modificación del calendario escolar, muy necesario para generar una cultura de evaluación contínua y no de exámenes».
Todo habría quedado en una simple declaración de intenciones si no fuese porque Gabilondo ha elevado la propuesta al Ministerio de Educación, tal y como reconoció el secretario de Estado de Universidades, Miguel Ángel Quintanilla: «La CRUE nos ha dicho que quiere plantear un debate sobre el calendario académico y nos parece buena idea». Quintanilla matizó que aunque ve «interesante la posibilidad de sintonizar nuestro calendario con el de la mayoría de las universidades europeas», cree que esto ocasionaría «algunos desajustes en el primer año de aplicación», aunque «no sería difícil resolverlos».
CABRERA. En un foro con los lectores de 'elmundo.es' el pasado lunes, la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, valoró positivamente la propuesta de Gabilondo, afirmando que es «digna de ser estudiada». «La definición del calendario universitario, salvo el inicio del primer curso para el que se necesita un acuerdo general, es competencia de las propias universidades», añadió.
Un dato clave es que según ha podido saber este suplemento, la iniciativa de Gabilondo no ha sido planteada ante la Asamblea de la CRUE, por lo que podría ser catalogada como una propuesta personal del propio rector de la Autónoma madrileña.
Gabilondo explicó que no se pretende «quitar ninguna convocatoria», sino que los exámenes «se hagan antes». «Si uno pone encima de la mesa todos los calendarios de las universidades de Europa, el que chirría es el español; si queremos la movilidad de los estudiantes no podemos tener calendarios diferentes», subrayó en declaraciones a Efe.
Lo razonable, según Gabilondo, sería «empezar el curso a primeros de septiembre y acabar en Navidad el primer trimestre; volver después y, a finales de mayo, acabar el curso con un examen final».
Esta idea es ya una realidad tangible en algunas universidades españolas. Es el caso de la San Pablo CEU, que lleva tres años funcionando con un modelo semejante. Según su rector, Alfonso Bullón de Mendoza, esta propuesta «favorece la evaluación continuada» y permite «valorar el trabajo diario». «Hemos incrementado el porcentaje de aprobados y hemos conseguido mejorar el rendimiento», apunta orgulloso.
lunes, 19 de mayo de 2008
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